Habitación Compartida

artista: pablo sombrero
texto curatorial para libro: carina borgogno
diciembre de 2017

Fase 1 – Se encuentra una cámara

Cuando en el 2010 Pablo Sombrero tiene en sus manos una cámara fotográfica, el universo parece haber dado una señal. Como dicen los entendidos en la materia, se alinearon las energías cósmicas para que lo nuevo inicie su emergencia. Un joven de diecinueve años, inicia un recorrido tímido, y pide autorización para tomar una foto.

Fase 2- El conocimiento de la herramienta. Pintar con luz

Su inicio es conocido por todxs dentro del sistema educativo. Aprender de otrxs; la transmisión del conocimiento, la práctica y la experimentación como itinerario para descubrir su estilo. El ejercicio de teoría y acción se hace contundente. Leer, mirar y luego fotografiar. Equivocarse para seguir aprendiendo. “¿Qué miro?”, “¿Qué inmortalizó en cada fotograma?”, se pregunta Sombrero repetidas veces. “¿Qué es y a quiénes involucra el acto fotográfico?”

Fase 3- El encuentro con la otredad

El camino del artista se disgrega, se abre en abanicos y Sombrero arma catálogos de todas las fotos que tomó en todos estos años. Las clasifica, las ordena, las divide. Construye categorías formales -color o blanco y negro-, también discute y se pelea con los conceptos y sus carpetas contienen “fragmentos, cuerpos, partes de cuerpos y sueños”. En esta fase el artista dispara sin concluir, sin atascarse. Se esfuerza por el orden, acción que por instantes lo perturba e incomoda. Pablo Sombrero se pasaría fotografiando la vida. Una usina inagotable de imágenes que se autogeneran. ¿Cómo es posible?¿Cuál es su combustible?

Fase 4- Aliadxs

Co-crear en la habitación que es su casa, su estudio, su laboratorio. Allí establece la relación con lxs otrxs, amigxs y no tanto. ¿Quién de sus allegadxs no ha pasado por el visor de Sombrero? Ellxs se atreven a desnudar su alma, sus secretos, deseos y obvio, su cuerpo. La extimidad es fotografiada, divulgada a viva voz. Antes pasa por el filtro del acuerdo y en reciprocidad se decide dar a luz una nueva bocanada de hastío, de odio, de golpes, de confusión y mentiras. Estos son algunos de los conceptos, que previamente fueron idea.

Los homenajes, no están ausentes y siempre en diálogo. El artista toma mate o quizás un vino con Jan Saudek y le devuelve a modo de correspondencia un nuevo suceso recreado. También discute con Robert Mapplethorpe y se rinde ante una toma ausente de errores.
La música, el cine, la historia del arte, la realidad violenta, lo injusto, lo indecible, lo innombrable, el mandato ya pasado de moda, la memoria del horror, el dolor del frío y el vacío no sufridos, aquella alegría que es prestada, lo inacabado, todxs aliadxs de Pablo Sombrero a lo hora de crear.

Fase 5- Crear un libro: Habitación Compartida

Resulta lejano, o por momentos inalcanzable, pero el artista en esta fase despliega todas las estrategias para presentarse a través de un libro-objeto y lo logra. En esta laboriosa y dedicada edición plantea una nueva mirada que entrecruza ejes donde se evidencia la intimidad del artista, su creación poética y los vínculos singulares que establece a través de una selección propia, que sigue en diálogo con sus fieles seguidores.

Este cuerpo de obra reúne formalmente fotografía en blanco y negro, en su gran mayoría retratos que se hacen tangibles a través otrx cuerpxs, de sus fragmentos y de la vulnerabilidad que constituye el ser piel, carne y músculos.

Pablo Sombrero cuando se encuentra frente a otrxs “arma y desarma” los miedos, los conflictos y los mandatos. El pensamiento crítico se instala y forma parte del proceso creativo. El arte se vuelve pregunta. La fotografía cuestiona su rol, su origen, su sentido. Lxs cuerpxs rotos, piden a gritos enunciarse, decirse. Estos fotogramas constituyen un puente que revela el malestar interno y el fracaso social impuesto por el orden patriarcal.

Una rosa por boca, unas rastras por flores, una raíz de nabo por rostro y la muerte siempre al acecho. A Sombrero lo matan y lo hacen nacer. Sus imágenes tiene ese poder. Aquí el artista despliega raíces por sus dedos y elige en esta edición obras que transmutan y se convierten en bosques y selvas nocturnas.

Habitación Compartida es adentrarse en las tripas del artista que intercambia un diálogo filosófico con bailarines sin pié, con un gato que se cruza, con el rezo obligado. Habitación Compartida nos hace cómplices, para que la reunión sea más amplia y podamos finalmente decidir como espectadores si queremos ser parte de la banda.