Jirones

artista: karina lerman
curaduría y texto: carina borgogno
diciembre 2019

Aún siguen resonando en nuestro imaginario frases como “el arte cura” o “todx ser humanx es unx artista”. Parecen enunciados salidos de la nada misma, impersonales y poco distinguidos; pero estas declaraciones -lejos de ser livianas- adquieren sentido cuando nos sumergimos en la genealogía de las palabras y vamos tras la huellas de los conceptos al pasar por la historia del arte.

Para acercarnos a un debate más contemporáneo, vamos a invitar a este conversatorio imaginario al artista alemán Joseph Beuys, quien se desempeñó en el campo del arte -siendo escultor y profesor en la Academia de Dusseldorf- y es quien hace cuerpo de estas palabras para elevarlas y dotarlas de sentido. Una vez más, hace emerger la relación entre arte y filosofía en medio de un cambio de paradigma y crisis mundial, luego de la segunda guerra.

Podemos decir que toda su obra es uno de los mejores ejemplos de apertura artística que plasma en materialidad e ideas, tomando como recursos su propia existencia, sus emociones y su historia de vida.

Pero ustedes se preguntarán ¿por qué esta introducción sobre un artista alemán, que estuvo en la guerra, que casi muere, que se resignifica, que es artista y luego profesor y le da un giro al arte escapando por momentos de la figuración para entrar al mundo de las ideas?

Pues la respuesta es esta exposición -Jirones- que nos plantea la artista visual Karina Lerman, donde su recorrido de vida desde lo profesional se inicia con estudios académicos vinculados a la psique, pasando luego a las letras como una forma de expresión de su ser y que en este instante se detiene, para incursionar en una nueva manifestación: el arte visual.

Como decía Beuys, la especie humana es la destinataria del concepto de arte -en todas sus variantes- y, por tanto, recurre al tratamiento del cuerpo humano como una herida. Así, para Lerman, el cuerpo es entendido como un gran escenario físico y emocional que hay que sacar a la luz para poder sanar y crear.

Jirones, es una exposición que incluye un cuerpo de obra donde la artista despliega su emocionalidad y subjetividad. En la primera parte del recorrido nos encontramos con obras que resuenan con el título elegido. Pinceladas, gestos, bocanadas de color, se impregnan en el lienzo y le dan la posibilidad al espectadorx a que se anime a imaginar sus furias y sus remansos. Los colores no obedecen a un patrón, la artista se atreve a indagar, a intercambiar, a mixturar y finalmente los ocres, azules y grises ganan la apuesta. ¿Qué evocan esos colores? Seguramente no es la misma interpretación para todxs. La artista inicia el juego con sus cromatismos elegidos y nosotrxs del otro lado re-leemos desde nuestra mirada.

¿Vos que ves?

Dentro de este cuerpo de obra, se producen texturas donde la madera, el papel de desecho, aquello que está listo para ser basura, adquiere forma nueva y se recicla en materialidad transformada. De esta manera Leman desafía no sólo a su propia existencia, sino que anclada en la expresión visual experimenta con lo informe.

El arte que se expresa negando a la figuración, debe ser comprendido dentro su origen en las primeras vanguardias, cuando en el período de entreguerras se fragmentaron las ideas de progreso. Así para Kandinsky, lxs artistas trabajan y se expresan siguiendo un principio de necesidad interior y nos convence que la misión no es reproducir la realidad o el mundo sino que su misión es de carácter espiritual. Bajo este principio Kandinsky sostiene que todos los medios son sagrados, si son interiormente necesarios.

Leman en esta nueva etapa, se extiende en el gesto y en los jirones desprejuiciados, pero no abandona otras formas de expresión. Formalmente incorpora un cuerpo de obra donde el collage, el fotomontaje intervenido, cosido y zurcido enuncian tímidos fragmentos de su historia de vida y de su árbol genealógico.

Aquí nuevamente el cruce con la filosofía es inevitable, así Nietzsche nos define al artista como aquel que puede expresar su conocimiento personal a través de sus impulsos y sentimientos desde su particularidad en la obra. De modo que resulta ser, así, unx gran indagadorx de sí mismx. Lerman se enfrenta a su mundo aparente y es al mismo tiempo fuente de inspiración, para crear y afirmar su propia vida.

Siguiendo los últimos pasos de esta exposición, también encontramos pausas, o estadíos intermedios donde la artista incluye dos obras donde el lienzo blanco es intervenido por signos y huellas, en estas obras reconocemos formas habituales que hacen cercano y amigable el acto de mirar.

Finalmente, este recorrido se completa con el texto poético. Karina Leman deja registro de su palabra creada y la enuncia con fragilidad sobre el débil papel. Susceptible al desvanecimiento nos dice: Ella borda su plumaje bajo el sol / y en la sombra junto al ave / resiste su carne de trenzar / puntadas en el aire.// Otra le alcanza las hebras / y con hilos rojizos / nacen las espigas de su vientre.// ¿Cómo será la textura que no anude? / Cada pespunte libera la raíz de su piel. // Ella sobrevive.